viernes, 1 de enero de 2010

Colombia, nuevos rumbos

El viaje toma su propio rumbo, los caminos y los cerros se funden en el pensar y andar de los pueblos, las tonadas de la voz cambian como el clima en pocos kilómetros, pero el corazón de la gente a lo largo de este recorrido es el que te abraza y cobija, es una luz de esperanza, en esta tierra tan golpeada.

Cada pueblo tiene su propia lucha por mejorar las condiciones de vida, por hacer valer los derechos que nos corresponden como habitantes de este suelo y de estar unidos entre hermanos, lejos del odio creado por quienes tienen el poder corrupto y creen poder negociar con la sangre nueva.

Se que vendrán tiempos mejores, siempre y cuando se sigan tejiendo en la urdimbre nuevos sentires culturales, que unifiquen a los pueblo y nos den paz.

Nosotros quedamos libre de compromisos después del festival de Aipe huilas, Cecilia nuestra cumpa de viaje decide viajar a Venezuela y mi hermano querido Marco se queda en Neiva para pasar unos días en lo de unos amigos y mis huesos se vuelven a Madrid para escuchar tocar a mis amigos de Huevo de iguana (música de la costa) en el recital de Toto la Momposina

Con Marco nos reencontramos en Madrid, la idea era rumbear para la costa, con el fin de recopilar algunas historias y arrullos, pero finalmente mi amigo del alma decide pasar las fiestas navideñas en su tierra, con su hermosa familia, a quienes desde aquí les dejo un gran abrazo cósmico desde estas latitudes, deseándoles muchas felicidades para el año que comienza.

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